miércoles, 4 de junio de 2014

MOCHILA AL HOMBRO



"¿Dónde...? ¿Cuánto tiempo...??? ¿Estas loca? No vas a aguantar Felicia, eres bien chillona!! A ver, por qué te vas tan lejos con lo bien que estas aquí?"

Esos fueron los primeros comentarios que recibí cuando le dije a mis papás y a mis amigos que me quería ir un año a vivir a Italia. Saliendo de preparatoria, no tenía las más remota idea de lo que quería hacer con mi vida. Y sí es cierto, era muy miedosa (ya no lo soy), siempre fui muy apegada a mis papás por ser hija única y entiendo por qué recibí esos comentarios. Nunca me había ido por mas de 3 semanas a un lugar fuera de casa. Y sí, yo igual me sorprendí con la decisión que había tomado, de hecho no pude dormir literalmente toda la noche cuando le dije a mis papás, sentía un nudo en el estómago, me vinieron a la mente las peores cosas que me podían pasar en un país totalmente diferente estando sola.

Quiero contarles que desde que tenía 5 años decía que quería ser Diseñadora de Modas, que me iba a ir a vivir a Milán para ser muy famosa, salir en la tele pero que iba a diseñar ropa de alta costura para mujeres gorditas, ese era mi sueño. Obviamente ese sueño no se hizo realidad porque no sé ni coser y nunca me interesó aprender.

En fin, me puse a investigar cursos de italiano y de diseño en general que consideré importante para encaminarme a lo que quería estudiar, encontré un departamento y llegó el día en el que le dije a mis papás: tienen que pagar tanto, el boleto cuesta tanto, me voy a quedar en tal lugar etc. Después de recibir esos comentarios mis papás vieron que estaba muy segura de irme a Milán y me apoyaron completamente(cumplí mi sueño de irme a vivir ahí pero no exactamente para ser una diseñadora de modas muy famosa jaja).

Llegó el tan esperado día para irme, otra vez no dormí esa noche, estaba muy nerviosa, nunca he sentido esos nervios otra vez y espero no sentirlos porque se siente horrible. 

Llegué a Italia y al voltear por la ventanilla del avión me encuentro con este paisaje. 


No sabía se reír, gritar o llorar. Venía de un lugar tropical, donde la temperatura más baja era de 20 grados y ya usaba suéter porque moría de frío, rodeada del mar caribe, con una de las playas más hermosas del mundo. 

No puedo negar que fue muy difícil acostumbrarme al clima, al cambio total de ritmo de vida, a entender las costumbres de ese país y de ese continente. Pero les quiero decir que fue la mejor experiencia que he tenido mi vida. ¡¡Aprendí a moverme en autobus y en el metro!! Nunca pasó por mi mente moviéndome sola en una ciudad, en mi vida había tomado un transporte público. Nunca había tenido que lavar mi ropa, limpiar un departamento, comprar comida y menos hacerla. ¿Y saben qué? ¡Me encantó! No me arrepiento de nada, conocí a personas increíbles que se hicieron mis hermanos, mi familia. Conocí a personas que estaban en la misma situación que yo, que no tenían idea qué hacer con su vida y yo pensando que era la única tonta que no sabía qué hacer. 


Si nunca había imaginado salir de mi "burbuja", de mi "pueblo", menos me imaginaba viajando sola, tener la oportunidad de conocer diferentes países, de llegar a la estación central de trenes y decidir en ese momento a dónde ir junto con mis amigos. Claro que al principio me dio muchísimo miedo, sentía que me iban a secuestrar y que nunca volvería a mi lindo país. Obviamente no me pasó nada de eso pero es increíble hasta dónde puede llegar tu imaginación. Tuve la oportunidad de conocer lugares bellísimos, de poder mirar al mundo desde otra perspectiva y de compartir viajes con personas desconocidas que se volvieron mi familia. 



Es increíble como el mundo te va cruzando con personas que marcan tu vida para siempre, en tan sólo un día se convierten en tu familia y pienso que es por la necesidad de sentirnos en casa ya que todos estábamos lejos de nuestro hogar. 

¿Qué puedo rescatar de esta experiencia? Muchísimas cosas, nunca acabaría pero lo mas importante es que si no fuera por este viaje, nunca habría llegado a la UDLAP y no estaría escribiendo este blog, compartiéndoles esta experiencia. 

Si te da miedo viajar solo o tomar esa decisión de irte solo a algún lugar, no tengas miedo! Si es normal tener miedo, pero te prometo que no te vas a arrepentir. Viajar solo es padrísimo, te conoces mucho mas de lo que pensabas, te abres a nuevas oportunidades, te permite ser una nueva persona, a mejorar lo que no te gustaba, yo lo vi como un nuevo comienzo y créanme que solo nunca estarás porque la vida te va cruzando con personas que se convierten en tu familia. 

El miedo de salir de casa, de dejar solos a mis papás, el miedo a no poder hacer nuevos amigos, el miedo a moverme sola en una ciudad, de viajar... se fue. Y ahora soy alguien que no se puede quedar en un solo lugar, que muere de ganas de seguir conociendo al mundo. 



"Un viaje es una nueva vida, con un nacimiento, un crecimiento y una muerte, que nos es ofrecida en el interior de la otra. Aprovechémoslo."
Enviar frase
Paul Morand (1888-1976) Diplomático y escritor francés.








No hay comentarios.:

Publicar un comentario